viernes, abril 19, 2024

"En mi época era buena onda querer ser ‘el hombre de casa’; hoy dices eso y mínimo te llaman misógino”


Por Ismael Monzón

El Español

"La única libertad de la derecha es su impunidad del fuerte contra el débil" / “Un neofascismo levanta la cabeza; los viejos imperios sienten su decadencia y se baten con armas y propaganda a todo trapo” / “Para evitar a la extrema derecha en España, la izquierda se moderó; aprecio que defiendan al pueblo palestino”. 

Inmerso ya en la última etapa de su aventura, a Silvio Rodríguez (San Antonio de Baños, Cuba, 1946) no le han abandonado ninguno de los dos grandes atributos que le ofreció la vida: la poesía, porque es algo que no muere; y las ideas, porque a un poeta nunca le faltan. Ambas brotan espontáneas, machaconas, irrenunciables en su discurso. Bien pensado, es Silvio quien se niega a apartarlas de su vida, por mucho que ya no estemos en tiempos de grandes ideales

 

Nació en la Cuba agraria, de padre campesino y madre procedente de una familia de trabajadores del tabaco. Escuchó las canciones de ella, Argelia Domínguez, y leyó los libros de él, Víctor Dagoberto Rodríguez. De modo que cuando los barbudos se levantaron en Sierra Maestra y terminaron derrocando a Fulgencio Batista, el pequeño Silvio tenía el espíritu preparado para cantarle a la Revolución. 

 

Iniciado ya en la música, se embarcó junto a otro centenar de veinteañeros en un barco, el Playa Girón, fletado por la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba. “Hombres de poca niñez”, cantó, de los que aprendió la camaradería y a los que les debe algunas de sus letras inmortales. Silvio Rodríguez fue un castrista más, diputado de la Asamblea Nacional, defensor acérrimo de la causa. Pero su grandeza fue desbordar lo que se llamaba entonces canción protesta para trascender como uno de los fundadores de la Nueva Trova cubana.

 

[Silvio Rodríguez: "La fuga de jóvenes es el drama más amargo de Cuba"]

 

Siempre que se hace una historia

se habla de un viejo, de un niño o de sí.

Pero mi historia es difícil,

no voy a hablarles de un hombre común.

Haré la historia de un ser de otro mundo, 

de un animal de galaxia.

Es una historia que tiene que ver

con el curso de la Vía Láctea.

Es una historia enterrada, 

es sobre un ser de la nada.

 

Quizás por esto nunca se ha bajado de ciertos barcos. Porque es un soñador, un idealista, un verdadero trovador, al que le gustaría que el mundo fuese de determinada manera aunque los resultados no acompañen. Esta entrevista se realiza a miles de kilómetros de distancia, con un interlocutor en La Habana y el otro en Madrid, y a través de correo electrónico. Perdiendo la oportunidad de escuchar a un gran conversador, como dicen los cubanos, pero ganando el tiempo suficiente de reflexión para que fluyan sus armas.

 

Millones de cubanos, mientras, viven más pegados al suelo. La falta de comida, electricidad y otros bienes básicos han sacado en los últimos días a miles de personas a las calles en las protestas más multitudinarias desde 2021. No son tiempos de grandes ideales, porque la realidad tampoco los permite.

  

PREGUNTA.- Las últimas noticias que leemos sobre Cuba de este lado del océano dicen que se suceden las protestas callejeras, que el Gobierno ha pedido ayuda a la ONU para resolver la escasez de leche para los niños, que hay cortes de luz en diferentes ciudades, una inflación del 30% y que el exministro de Economía está siendo investigado por corrupción. Corren tiempos difíciles por su país.

 

RESPUESTA.- Es la situación que estamos viviendo tras la recesión de la pandemia, agravada ahora por dos guerras. No se puede olvidar que sobre Cuba pesan, además, sanciones imperiales muy injustas, condenadas durante décadas –al menos verbalmente– en Naciones Unidas. Aunque el gobierno de Estados Unidos dice que el bloqueo no existe porque nos venden pollo congelado, lo cierto es que la presión económica ha sido fiel a lo predicho por aquel subsecretario hace 60 años: la inducción del descontento a través de la asfixia económica.

 

P.- ¿Resultaría hoy más difícil ser un trovador del régimen revolucionario, despojado de la heroica del levantamiento, la victoria y el carisma de sus líderes?

 

R.- Supongo que no tan difícil como ser periodista del capitalismo, después de ser tan evidente que a ese régimen le interesa más la industria armamentista y la filosofía del despojo que el bien común.


P.- Quiero decir si se puede ser un ferviente seguidor de un presidente burócrata como puede ser Díaz-Canel al igual que antes se idolatraba a un carismático líder de masas como Fidel.

 

R.- Coincidir en principios como la soberanía y la justicia social no tiene que significar ser un idólatra. De hecho creo bastante obvio, y a mi trabajo me remito, que siempre he defendido lo que entiendo y siento mío, no consignas. Y conste que tampoco me he creído por encima del mundo. He coincidido, o no, sencilla y muy naturalmente.

 

[Cuba se queda sin comida: la "necesidad urgente" de pan y leche obliga a pedir ayuda a la ONU por 1ª vez]

 

P.- Su mérito siempre estuvo en mantenerse lejos del evidente panfleto. Aunque, perdóneme que le diga, mucho más dentro de la vanguardia de lo que cantaba.

 

R.- Empecé a formarme en medios de prensa, -que como usted sabe también lo son de propaganda-, leyendo mucha literatura, y cuando empecé a hacer canciones tenía claro lo que me interesaba.

 

P.- ¿Qué evocó en un joven de poco más de 20 años un viaje como aquel del Playa Girón?

 

R.- Aquel viaje, por una parte, fue inspirado por algo de mis lecturas de juventud, sobre todo las del ser humano a merced de las fuerzas de la naturaleza. Por otra, estaba esperando a que se creara el Grupo de Experimentación Sonora, que estaba en proceso de gestación en el ICAIC [Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos]. Pasaban los meses y decidí esperar haciendo algo interesante y útil: irme a una zona de pesca y allí saltar de barco en barco para cantarle a los trabajadores del mar.


P.- Entiendo que en una travesía así a uno le puede asaltar una crisis de fe. ¿Le ocurrió?

 

R.- Lo que me ocurrió fue un ejercicio de multiplicidad tremendo, porque lo mismo trabajaba congelando pescado que aprendía a bajar estrellas en el cuarto de derrota. Cuando me quedaba solo tenía mi guitarra, y muchas ganas de contar cosas.

 

P.- En ese caso habría dos opciones: dejarlo todo o salir de allí con el alma elevada, más convencido que antes.

 

R.- Los barcos son como países: van llenos de personas, cada cual con su alma. De eso sí que regresé convencido.

 

P.- ¿Cuándo fue la última vez que conversó con Pablo Milanés?

 

R.- Bueno, hace sólo un rato estuve con él.

 

R.- ¿Las discrepancias ideológicas llegaron a comprometer su relación personal? ¿Puede más la idea o la persona?

 

R.- Pablo y yo nunca tuvimos una confrontación ideológica. Por supuesto que a veces opinábamos distinto sobre algo. Por ejemplo, recuerdo que cuando compuse Oda a mi generación y él escuchó la parte que dice: “No es un hombre, es el malabarista de una generación”, me dijo: ‘Así que tú eres el malabarista de la generación’. Y yo, desde aquel mismo instante, empecé a cantar: “No es un hombre, es un malabarista de una generación”.

 

P.- ¿Le falta su presencia?

 

R.- Todo lo contrario: nunca me faltará.

 

P.- Se le fue Pablo, se le fue Aute… Ojalá usted nos dure mucho tiempo, pero, ¿se irá un mundo cuando no esté su voz?

 

R.- Gracias por su deseo; yo le deseo lo mismo. Mientras hay vida uno encuentra razones… Aunque sea raro vivir cuando la mayoría de los compañeros de aventura ya no están. Porque también se nos fue Vicente [Feliú], que fue un hermano para mí, y Noel [Nicola], y Eduardo Ramos, y Sara [González], y Lázaro [García], y Martín [Rojas], y [Andrés] Escalona, y Chispa… [músicos que han tocado con él, la mayoría miembros de la Nueva Trova cubana] y muchos otros que no se olvidan. Cuando me toque juntarme con mis compañeros sólo ocurrirá lo de siempre, una vez más.**

 

[Muere Luis Eduardo Aute: adiós al genio 'inmoral' que nos enseñó ética]

 

P.- Sólo desde las protestas de 2021 en su país, se estima que medio millón de cubanos quisieron emigrar. Más todos los que se fueron antes o lo intentaron. Parece que a los jóvenes no les concierne tanto la Revolución.

 

R.- Yo comprendo a los jóvenes que se van. La vida es una sola y la situación en Cuba es bastante difícil. Nos ha tocado un relevo de generaciones bajo la presión de un cerco. Los más altos logros de Cuba, como las escuelas, siguen funcionando con muchas dificultades; nuestros hospitales también trabajan, aunque con menos personal, recursos y medicamentos.

 

Aunque parezca increíble, en estos momentos en Cuba hay un movimiento asombroso de música de conciertos. Promociones nuevas de egresados de las escuelas de arte forman orquestas, grupos de cámara, tocando y asombrando a cuantos pasan por aquí, ganando becas que otorgan instituciones y gentes solidarias. Piedras preciosas que relucen en nuestra pobreza, gracias a la política de enseñanza artística que inauguró la Revolución hace 60 años.

P.- Cuando he estado en su país, he comprobado que la música de moda es el reggaeton.

 

R.- Yo no suelo despreciar gusto alguno, aunque no coincida. Cada cual ama y justifica sus preferencias. Hace poco leí que alguien, auxiliado por la IA, había inventado un aparato para neutralizar ese tipo de música. A mí me dio por pensar en la posibilidad de que la Inteligencia Artificial inventara algo contra el egoísmo, a favor de la compasión y la solidaridad. Cada loco con su tema.

 

P.- ¿Qué piensa de la ola de derecha reaccionaria que triunfa actualmente en América? Es una corriente mundial, pero tenemos los fenómenos de masas de Bukele, Milei, puede que Trump en unos meses…

 

R.- ¿En América? ¿Y qué me dice de Europa? Pienso lo que le decía al principio, cuando me preguntó sobre Cuba. El horror por la pandemia llevó al mundo a enclaustrarse durante más de un año; eso provocó un retroceso económico en todas partes, situación que las dos guerras actuales están agravando. Por supuesto, los países pobres lo sufren más. La derecha, hábilmente, culpa a los gobiernos progresistas de la debacle económica. Por eso levanta cabeza un neofascismo. Pero es obvio que hay una guerra mundial por la dominación económica.

 

Los viejos imperios sienten su decadencia y se están batiendo con todo lo que tienen: la industria armamentística y la propaganda a todo trapo. Cero espacio para China y para Rusia; el mercado y la mente del mundo seguirán siendo nuestros o no serán de nadie. Es decir, la primitiva lucha por la supremacía: la ley del más fuerte.

P.- Cada vez hay más voces que dicen que la izquierda se volvió puritana, que su principal apuesta pasa por prohibir, restringir, regular, corregir. Esta nueva derecha, que en realidad parece bastante vieja, ha tomado la bandera de la libertad.

 

R.- Si, como usted dice, la bandera de la derecha hoy es la libertad, parece ser una libertad condicional; porque la esencia de su práctica es la impunidad del fuerte contra el débil.

 

P.- En sus tiempos era al revés, la izquierda era sinónimo de liberación. ¿Tiene alguna idea de qué ocurre?

 

R.- Bueno, en aquellos tiempos era muy buena onda aspirar a ser “el hombre de casa”. Hoy dices eso y lo menos que te dicen es misógino. Lo que ocurre es que los tiempos cambian; ocurre que hay sistemas que se idealizan y después llevarlos a la práctica es responsabilidad de cada uno de nosotros, en nuestras condiciones y con nuestras virtudes y defectos. ¿Algunos socialismos se aferran a sus defectos por tener que sobrevivir en un mundo dominado por relaciones lucrativas, en vez de solidarias? En tiempos de Lenin hubo lo que él llamó “la dictadura del proletariado”. ¿Cómo se entiende eso en la era de internet?

 

P.- Quizás tenga algún verso que nos libre de esta contradicción.

 

R.- Que la describa, quizás; pero, ¿que nos libre?

  

P.- En España también existe una corriente actual que defiende que el imperialismo no fue tan malo. Y que fueron otras potencias europeas las que se encargaron de denigrar la imagen exterior de nuestro país y sus acciones en América.

 

R.- Curioso que se vea al imperialismo en pasado. ¿Será que cada cual ve según vive, o según sueña?

 

P.- ¿Tiene tiempo (o ganas) de seguir la actualidad de España? Podemos, el partido de Pablo Iglesias, se fue prácticamente al carajo.

 

R.- Leo, casi todos los días, alguna prensa española, y veo que la lucha política es intensa. Pero, igual que no me gusta hablar de mi casa fuera de ella, tampoco suelo opinar sobre la casa ajena. Aclaro que siempre admiré la lucidez radical de Pablo Iglesias y de Monedero. He leído en vuestra prensa que para que la extrema derecha no se hiciera con más poder, sectores de la izquierda se “centralizaron”. Desde afuera, esto parece haber permitido la victoria de una izquierda moderada. No sé cómo se verá desde dentro. Aprecio que se esté defendiendo al pueblo palestino, que necesita más que nunca la solidaridad del mundo.

 

P.- El fervor ideológico ha llevado a que criticar la guerra en Gaza parezca un argumento únicamente de izquierdas. Una parte de la derecha -y no sólo de la derecha, sólo hay que mirar a Estados Unidos- se ha posicionado de forma férrea con Israel.

 

R.- En Israel hay personas que no apoyan lo que sus coterráneos hacen a Palestina. El gobierno de Estados Unidos no está con esos “otros” israelíes, sino con los que buscan quedarse con todo el territorio, obviamente para que les sirva como punta de lanza en la región.


[Belarra pide al nuevo Gobierno "presionar" a Israel para frenar el "genocidio" en Gaza]

 

P.- ¿Ocurre lo mismo con la invasión rusa en Ucrania? Entiendo que no está de acuerdo con el discurso imperante en occidente, pero, ¿no se puede ser crítico con Rusia desde ciertas posiciones de izquierdas? El gobierno de Putin parece bastante lejos de los valores del comunismo.

 

R.- Dicho así: “la invasión rusa en Ucrania”, confieso que a mí tampoco me agrada. Aunque no ignoro que en Ucrania hubo un golpe de estado conservador y que ese gobierno alimentó un sentimiento antirruso. Tanto así que le hizo la guerra a la región del Donbás y a parte del sur del país, zonas donde se habla ruso y no estaban de acuerdo con la política oficial. En medio de fuertes acciones militares contra esas regiones, en la frontera con Rusia, empezó el conflicto.

 

Parece obvio que la entrada de Ucrania en la OTAN se viene fraguando desde antes y, según analistas, esto es fruto de un programa del gobierno de Estados Unidos contra Rusia. Si esto fuera verdad, tampoco me gustaría. Yo no entiendo por qué Europa Occidental no se acercó a Rusia. Es obvio que, después de la caída de la URSS, es lo que deseaban los rusos: ser cada vez más parte de Europa. 

P.- ¿Cómo es su estado de ánimo a los 77 años? ¿Mantiene las esperanzas de juventud o ve el mundo de un modo más pesimista?

 

R.- Cuando eres pequeño, los mayores te educan por tu bien: te enseñan a hablar, a caminar, a no meter un dedito en la corriente, a no subirte a donde puedas caerte y darte un golpe. Después, en la escuela, otros mayores te enseñan a leer, a escribir, a sacar cuentas, a prestar la goma de borrar. Cuando somos chicos, los mayores nos inspiran confianza. Cuando creces y es el mundo quien te enseña, choca descubrir que los considerados grandes no suelen ser tan generosos. Gastan en armas lo que no gastan en salud; incluso extinguen la salud de este planeta, que no es sólo de ellos sino de todos. 


Si ocurre que tienes algo de valor que ellos desean, te invaden y te lo quitan; inventan que eres demasiado malo por algo y lo repiten todo el tiempo para poner a todos en tu contra. Paralelamente, bajo la mesa, alimentan la codicia, el chantaje: “estás conmigo o contra mí”. Son como falsos mayores. Lamentablemente, en el mundo hay muchos falsos mayores. Eso es feo.

Sin duda hay razones para sentirse optimista: el amor existe. El abuso de los falsos mayores sigue indignando y ese sentimiento, cuando es por el bien común, siempre valdrá la pena, más si se acompaña de la acción. Por último, creerse joven a los 77 pudiera ser un tanto pretencioso. Prefiero, como dijo Clint Eastwood, no dejar entrar al viejo que cada mañana lo intenta.

P.- ¿Seguiría quemando el cielo, si es preciso, por vivir?

 

R.- Aquella imagen pretendía una defensa de los desvalidos. Mientras la injusticia impere es posible que esa hoguera en el cielo siga tentando. 


https://www.elespanol.com/porfolio/entrevistas/20240323/silvio-rodriguez-epoca-buena-onda-querer-hombre-casa-hoy-dices-minimo-llaman-misogino/840916356_0.html


**  Todos los mencionados fueron trovadores de mi generación. Y no es Andrés sino Miguel Escalona, trovador nacido en Camagüey. Chispa era el sobrenombre del trovador holguinero Fredy Laborí.

Silvio Rodríguez agradeció convite de Colombia, descartó presentación

 Café Atlantico

Prensa Latins

Me siento muy honrado por la invitación que me extiende para hacer un concierto en Colombia, país de Nuestra América del que guardo hondos recuerdos (…) no dude que tendré muy en cuenta su invitación, que también transmite el deseo del presidente Petro y del pueblo de Colombia”, planteó el trovador en un comunicado emitido hoy.


Correa, por su parte, también respondió a ese comunicado, dejando abierta la invitación y acudiendo al mítico Ojalá, tan significante para Silvio, que incluso llamó así a los estudios de grabación en que trabaja.

Respuesta de Correa a Silvio

«Estimado Silvio: Gracias por su amable respuesta. Entiendo los motivos que aduce para no poder aceptar, por ahora, nuestra invitación que permanecerá, como nuestros brazos, siempre abierta. Quizás y ojalá son palabras que hacen parte de nuestra educación sentimental.», planteó Correa en la citada red.





Cumpleaños Carlos Varela.


 


Silvio Rodriguez y Pablo Milanés en Obras 1984.

 HACE HOY 40 AÑOS


Silvio Rodríguez y Pablo Milanés en Obras, 1984


Se cumplen cuatro décadas del tan soñado momento en que los argentinos pudimos escuchar en vivo a esos artistas de Cuba, un mundo tan prohibido por los militares que acababan de entregar el gobierno argentino a un presidente civil. El autor de estas notas fue parte del público en esos conciertos


VIERNES 5 DE ABRIL DE 2024 08:33

VÍCTOR PINTOS


Estas son las mejores y las peores cosas que puedes agregar a tu café

Hacía muy poco que en la Argentina habíamos recuperado la Democracia. 

Hoy se cumplen exactos 40 años del comienzo del histórico ciclo de conciertos que hicieron Silvio Rodríguez y Pablo Milanés en el estadio de Obras Sanitarias de Buenos Aires.

En esas horas habíamos dicho Nunca Más al tiempo de los secuestros, la tortura, las desapariciones y la censura. Y por eso, al tiempo de los cassettes puro soplido con canciones "prohibidas" que aprendimos con copias de copias.

En 1984, el calendario era el mismo que ahora: hoy, 5 de abril, fue viernes. Yo fui la primera vez el domingo 7.

Unas horas antes del debut, los periodistas habíamos tenido el gusto de ver y escuchar hablando a Silvio y Pablo en una conferencia de prensa.


Conferencia de prensa de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. Foto: Archivo de Víctor Pintos

Hoy, tanto tiempo después, veo con certeza que esos conciertos los hicieron los artistas cubanos, que tuvieron la humildad de invitar a muchos colegas argentinos -después cuánto escuchamos el disco grabado en vivo- y la gente. Sobre todo la gente.



Recital de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés (1984) - Parte I


Recital de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés (1984) - Parte II


Comentarios (1)


Yo crecí escuchando este disco...tengo casi la edad de la democracia... extraño a mi viejo q me paso esta música...la gente estaba llena de euforia contenida....

Silvio y Pablo en Argentina, evocación a la vuelta de cuarenta años

 

El 5 de abril de 1984 se celebró el primero de los conciertos de los trovadores cubanos en un país que recién regresaba a la democracia.


por Kaloian Santos

 abril 5, 2024


Silvio y Pablo a dúo en el escenario de Obras Sanitarias. Captura de pantalla del recital.

Hace cuarenta años, Argentina apenas emergía de las sombras de una dictadura que había dejado heridas profundas y 30 mil desaparecidos.


En aquellos albores, en los últimos días de marzo de 1984 la ciudad de Buenos Aires amaneció empapelada con afiches que anunciaban una serie de conciertos de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, dos nombres icónicos del Movimiento de la Nueva Trova Cubana. 


El 2 de abril de 1984 los trovadores pisaron suelo argentino. Silvio tenía 36 años; Pablo, 39. La comitiva cubana estaba integrada, entre otros, por los músicos Frank Bejerano, Jorge Aragón, Eduardo Ramos y el sonidista Tony López.


Venían de Quito, Ecuador, donde se habían presentado el 30 y el 31 de marzo ante 16 mil personas. La noche en que aterrizaron en el aeropuerto internacional de Ezeiza, los esperaba la sorpresa de ser recibidos por cientos de personas con banderas, carteles y mucha música.


A la periodista Sibila Camps le encomendaron desde el diario Clarín cubrir la llegada. “Silvio y Pablo, más que un suceso cultural, en Argentina era un suceso social y hasta histórico de gran envergadura”, me contó años después Camps, quien desde entonces no les perdió ni pie ni pisada.


De esa noche la periodista conserva una reliquia. Se trata de una foto en blanco y negro tomada por Carlos Roberto Bairo. En la instantánea aparecen Silvio, Pablo y Sibila, distendidos y sonrientes. Los trovadores no lucen agotados tras el viaje. Todo lo contrario.

Silvio, Pablo y la periodista Sibila Camps en el aeropuerto de Ezeiza, en Buenos Aires, la noche de la llegada de los cubanos a Buenos Aires. Foto: Carlos Roberto Bairo


Para esta fecha, Silvio y Pablo ya gozaban de gran popularidad en varios países. Cada uno por su lado había realizado conciertos multitudinarios en plazas de México y España, por ejemplo. Pero Argentina era diferente.


“Era una circunstancia muy especial —me contó Silvio a propósito del tema. Cuando llegamos, acababan de salir de la dictadura. A la mañana siguiente lo primero que tuvimos que hacer fue ir a la policía. Nos tomaron las huellas, nos fotografiaron, nos quitaron el pasaporte y nos dieron un documento. Todavía ese mecanismo policial existía. Era una realidad estremecedora. La gente veía un Ford Falcon verde y se ponía a temblar porque eran los carros que usaba la policía para secuestrar. Era una situación muy crítica. El sentimiento de opresión y persecución no se había disipado”.


“Pienso que esa situación de angustia, ligada con alegría y también con lo desconcertante de ver llegar dos tipos de Cuba —y la Cuba de Fidel Castro—, que cantaban canciones que estaban prohibidas… Me imagino que debió ser muy revolucionador en el espíritu, sobre todo de los jóvenes.


“Nosotros teníamos una relación muy fuerte y directa con la realidad de Latinoamérica. Estábamos muy informados de lo que pasaba. Y esa gente, de cierta manera, también lo sabía. Había una especie de diálogo (…). Fue muy intensa por todas esas razones nuestra llegada a Argentina”.

Anuncio en el diario Cónica la llegada de Silvio y Pablo a Argentina.

Melodías y voces prohibidas


A pesar de que sus canciones estuvieron censuradas durante la dictadura, la voz de los trovadores había trascendido los límites y fronteras impuestos. En Argentina, los casetes con canciones de Silvio y Pablo circulaban clandestinamente de mano en mano. 


Estas copias, generalmente mal grabadas, entraban al país de manera subrepticia; muchas veces a través de exiliados argentinos que regresaban procedentes de España y México, donde se editaban y vendían los primeros discos de los cubanos como solistas. 


El periodista e investigador argentino Víctor Pintos cubrió uno de los conciertos en Obras Sanitarias, Buenos Aires. Fue una experiencia reveladora ver y escuchar desde sus propias gargantas a los autores de canciones hasta entonces perseguidas.


“Los argentinos nos aprendimos las canciones de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés por casetes que nos procuramos como podíamos. Como aquellas eran grabaciones analógicas, en cada copia se perdía calidad. Así que si nos tocaba una séptima copia, digamos, lo que se escuchaba era fundamentalmente un soplido y atrás una voz con una guitarra y una canción de la que no siempre sabíamos el nombre. Menos aún si era una canción nueva o vieja. O a qué disco pertenecía y en qué año se había publicado”, me cuenta Pintos.

Pablo Milanés. Foto: Archivo personal de Víctor Pintos.
Silvio Rodríguez. Foto: Archivo personal de Víctor Pintos.

Hubo que esperar a 1983 para poder adquirir en Argentina, y sin esconderse, los discos de Silvio y Pablo, gracias a un acuerdo entre el sello Polygram y la Egrem. De este modo vieron la luz ediciones argentinas de los álbumes Mujeres, Sueño con serpientes y Unicornio, de Silvio Rodríguez; así como Años, Comienzo y final de una verde mañana y Aniversario, de Pablo Milanés.


En 1982 Mercedes Sosa había regresado del exilio. Para el reencuentro con su público “La Negra” cantó una decena de conciertos en el Teatro Ópera de Buenos Aires. Entre el repertorio de canciones que ofreció estuvieron “Años”, de Pablo Milanes y “Sueño con serpientes» de Silvio. Ambos temas formaron parte de un disco doble titulado Mercedes Sosa en Argentina, que salió a la venta a mitad de ese año.


A finales de 1983 el disco Mercedes Sosa abrió con “La Maza” de Silvio e incluyó  una versión de “Unicornio” con arreglo de Charly García, ícono del rock argentino. 


Los temas de Silvio y Pablo en la voz de Mercedes Sosa rápidamente alcanzaron gran popularidad no solo en Argentina, sino en el mundo. Con el tiempo formaron parte de los grandes éxitos de la cantora.

Silvio Rodríguez en Argentina, 1984. Foto: Archivo personal de Víctor Pintos.

¡Por fin en Argentina!


Con tales antecedentes no era de extrañar que, cuando se anunció la llegada de Pablo Milanés y Silvio Rodríguez en 1984, las entradas de la veintena de conciertos programados para la gira argentina se agotaran en un abrir y cerrar de ojos.


Silvia Salcedo tenía entonces 20 años. Todavía hoy guarda la entrada del 29 de abril, cuando asistió al último de los conciertos en Obras Sanitarias. Desde aquella noche el pedazo de papel, hoy amarillento por el paso del tiempo pero muy bien conservado, representa para ella un pasaje hacia uno de los grandes momentos de su vida. 

Entrada del concierto del 29 de abril conservada por Silvia Salcedo.

“Cuando nos enteramos de que Pablo Milanés y Silvio Rodríguez por fin venían a la Argentina mi pareja y yo no dudamos en comprar las entradas para uno de los recitales. Había terminado la dictadura, nuestros artistas regresaban del exilio y todo era bullicio y euforia. Había libertad para ver, escuchar, cantar y gritar todo lo que nos habían obligado a callar durante años”, evoca.


Catorce de las presentaciones estuvieron fechadas en Buenos Aires, en el célebre Estadio de Obras Sanitarias, con capacidad para más de 4500 espectadores. La cantidad de shows de los mismos artistas marcó récord en el emblemático recinto, conocido como el templo del rock en Argentina.


Así debutaron los trovadores cubanos en Argentina, el jueves 5 de abril, a las 10:00 de la noche. 


En la capital estuvieron 5, 6, 7 y 8 de abril. De ahí partieron para Córdoba, donde ofrecieron dos conciertos los días 10 y 11. Volvieron a Obras Sanitarias 12, 13, 14 y 15. De nuevo viaje. El 16, ciudad de La Plata, en el Polideportivo de Gimnasia y Esgrima. El 17 desembarcaron en Santa Fe. El 18 tocaron en Rosario. El 19 en Mendoza y el 21 en Tucumán. Hasta ahí era el programa previsto. 


Sin embargo, ante la demanda, volvieron a Obras, donde realizaron 6 conciertos más. Todo a lleno total. Entre una presentación y otra, Silvio y Pablo permanecieron todo abril en Argentina. Se calcula que los vieron en vivo y directo más de 150 mil personas. 


Era tanta la expectativa y la emoción que, antes de arrancar con la seguidilla de recitales, se había organizado una conferencia de prensa. Más de 150 periodistas de medios televisivos, gráficos y radiales nacionales y extranjeros, durante casi 3 horas, indagaron sobre la vida en Cuba y su sistema político; la libertad para la creación artística; el Movimiento de la Nueva Trova; cómo veían desde la isla el proceso de recuperación de la democracia en Argentina. 

Conferencia de prensa antes de los conciertos. Foto: Archivo personal de Víctor Pintos.

Parte de esa conferencia de prensa aparece en un amplio reportaje que hizo Estela Bravo para la Televisión cubana. 


La cineasta estadounidense radicada en la isla se encontraba en Buenos Aires filmando ¿Quién soy yo?, un documental sobre la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo en la búsqueda y recuperación de la identidad de niños y niñas secuestrados por los militares o bajo su amparo. 


Bravo no desaprovechó la oportunidad de documentar el impacto que tuvieron Silvio y Pablo en Argentina, con fragmentos de uno de los conciertos en Obras, y valiosos testimonios de algunos asistentes.

Página dedicada por el diario Tiempo Argentino a la conferencia de prensa ofrecida por Silvio y Pablo.


La guitarra


Todo estaba listo para el esperado debut; o casi todo, ya que la guitarra que había acompañado a Silvio durante tantos años sufrió roturas durante el viaje. Urgía encontrar una nueva.


Aunque había varias tiendas de instrumentos musicales en la ciudad, todas las referencias apuntaban a Miguel Ángel “Cacho” Onorato, propietario de la tienda de música Daiam, ubicada en la calle Talcahuano, centro de Buenos Aires. 


“Cacho” Onorato era muy querido en el ámbito musical, no solo por tener instrumentos de calidad, sino además por su generosidad.


Mercedes Onorato, hija de Don Cacho, recuerda cada detalle de aquel día en que Silvio apareció en busca de una guitarra. En un intercambio de mensajes, Mercedes amablemente me regaló detalles del encuentro.  


“Era común que cada día fueran músicos a probar guitarras con cuerdas de nailon a nuestro local. Recuerdo haber escuchado a muchos de ellos interpretar acordes de canciones de la Nueva Trova cubana, como “Sueño con serpientes”, “Yolanda” y “Años”. El amor por Silvio y Pablo estaba en el aire, especialmente cerca de sus primeros conciertos en Argentina en abril de 1984.

Página completa dedicada a las presentaciones de Silvio y Pablo en la sección de Espectáculos del diario Clarín.


“En esa época se vendían muchas partituras de todas las canciones y géneros musicales. En la tienda teníamos una gran sección editorial. Y como la demanda de las partituras de Pablo y Silvio era alta, todas sus partituras estaban expuestas en un lugar destacado.


“Un día, mientras subía del depósito del subsuelo de nuestro local, escuché a alguien tocando los acordes de ‘Ojalá’. El sonido era diferente, no era como los anteriores que había escuchado en otros músicos. Me apresuré a subir las escaleras y era el mismísimo Silvio Rodríguez. No puedo describir mi sorpresa y emoción. El querido Negro Rada, músico uruguayo, cliente y amigo de siempre, lo había traído hasta nuestro negocio para que comprara una guitarra con cuerdas de nailon”.

Programa de los conciertos de Silvio y Pablo realizados en Obras Sanitarias. El folleto contenía una mini biografía de los trovadores y algunas letras de sus canciones. Este en particular pertenece al productor artístico Daniel Randazzo y está dedicado y autografiado por Silvio y Pablo.

Después de una minuciosa prueba, Silvio eligió una guitarra y preguntó el precio para pagarla. Mercedes fue por un estuche para el instrumento. En ese momento, en un aparte a solas con su padre, hablando bajito para que los visitantes no se dieran cuenta, le propuso regalarle la guitarra a Silvio. El gran Cacho Onorato, sonriendo ante la emoción de su hija, le hizo un guiño y asintió con la cabeza.


“Le mostré a Silvio cómo quedaba la guitarra elegida en el estuche rígido de la mejor calidad que teníamos, ya que sabía que después de Argentina seguirían de gira y era necesario proteger el instrumento. Silvio insistió en conocer el precio total para pagar. Fue entonces cuando le dijimos que era nuestro regalo y que, por favor, lo aceptara. No era una cuestión de dinero, sino una forma de darle la bienvenida a un país que los amaba a Pablo y a él, a Cuba”.


“Nos agradeció y se negó a aceptar semejante regalo. ‘De ninguna manera. Muchas gracias, pero…’, dijo con absoluta convicción y honestidad. Nosotros insistimos tanto que, resignado e inmensamente agradecido, no le quedó otra opción que aceptar”.


Antes de irse, Silvio observó la gran cantidad de partituras de sus canciones y las de Pablo que estaban a la venta en uno de los mostradores, recuerda Mercedes.


“En un gesto espontáneo y de absoluta generosidad, se detuvo, sacó un marcador indeleble negro de su abrigo y comenzó a firmar intempestivamente no recuerdo cuántas de aquellas partituras con sus canciones. Mientras firmaba y firmaba, nos dijo con una sonrisa pícara: ‘Bueno, esto es lo menos que puedo hacer. A ver si al menos pueden venderlas más caras’. Todos nos reímos mucho y nos despedimos con un gran abrazo”.


En el primer concierto en Obras, en una de las primeras filas del estadio, Mercedes y Don Cacho disfrutaron de Pablo y Silvio, conmovidos por aquellas canciones y aquella guitarra que tan bien conocían. Mercedes, además, tiene el récord absoluto de haber asistido a todas las fechas programadas en Buenos Aires.

Silvio con su guitarra nueva en la primera noche de los conciertos en Obras Sanitarias. Foto incluida en el LP doble titulado Silvio Rodríguez – Pablo Milanés: En vivo en Argentina.


Sobre el escenario


El programa del recital estaba organizado de la siguiente manera: Silvio, a guitarra limpia, era el encargado de abrir la primera parte. Durante una hora brindaba un manojo de canciones; entre las que estaban “Por quien merece amor”, “Canción del elegido”, “El vigía”, “Ojalá”, “El tiempo está a favor de los pequeños”, “La maza”, “Unicornio” y “Te doy una canción”. 


“Que un hombre solitario con su guitarra genere un clima de atención, de silencio en torno suyo, habla de la capacidad expresiva no solo del intérprete sino básicamente de su propuesta. Silvio demostró de ese modo, cantando en un extremo de la sencillez, que quien pasa a través de la canción es la vida, que se puede jugar con sus objetos propios, letra, música, arreglos e historia”, publicó Alejandro C. Tarruella en la revista Humor después de la primera presentación.


Luego llegaba Pablo, a quien lo secundaba el formidable trío compuesto por Frank Bejerano en la batería, Jorge Aragón (padre) al piano y coros, y Eduardo Ramos en el bajo y en las voces. Su repertorio estaba compuesto por “Te quiero porque te quiero”, “Amor”, “Comienzo y final de una verde mañana”, “Años”, «Para vivir”, “Yo pisaré las calles nuevamente”, “La vida no vale nada” y “Yo no te pido”. 

Pablo Milanés y el trío que lo acompañó: Jorge Aragón en el piano; Frank Bejerano en la batería y el bajista Eduardo Ramos


Frank Bejerano en la batería. Captura de pantalla del recital.


En aquella crónica de Tarruella decía: “Pablo fue una sorpresa. No solo su carácter afable, su emoción de cada noche (en una ocasión se levantó de su silla, fue a un costado del escenario y lloró). Pablo iluminó las noches con su fresca espontaneidad, con sus canciones populares que golpean la indiferencia”.


Para el cierre, a dúo Silvio y Pablo acompañados por la banda, cantaban nada menos que “Óleo de mujer con sombrero”, “Rabo de nube”, “Yolanda” y “Hoy la vi”.

Silvio y Pablo a dúo en el escenario de Obras Sanitarias. Captura de pantalla del recital.


El primer recital estuvo cargado de emociones y, también, de algunos dolores de cabeza. Según reportes de la prensa, el público accedió a la sala incluso habiendo comenzado el recital y hubo algunos problemas de sonido. Sin embargo, nada eclipsó la noche. En la nota publicada en Clarín, la reportera Sibila Camps apuntó: 


“A diferencia de la mayoría de los autores del nuevo cancionero de nuestro continente, ambos cubanos han fundado una nueva épica latinoamericanista ni broncínea ni marmórea, sino terrenal y palpable”. 

Reseña publicada por Sibila Camps en Clarín, el 7 de abril de 1984.

Por su parte, el diario La Nación dedicó un buen espacio a reseñar lo sucedido en Obras Sanitarias: “La fantasía y el talento de Silvio, pergeñan imágenes luminosas como rayos, que apuntan siempre hacia la calidad”. Sobre Pablo se dice que “tiene un timbre y un vibrato excepcionales. Domina sus ímpetus con sentido de la proporción y el buen gusto”.


La crítica se rindió, además, ante el talento de los músicos acompañantes. En la nota de La Nación puede leerse: “El trío no es algo que se escucha todos los días (…). Eduardo Ramos construye excelentes soportes para la armonía, en su bajo, mientras la batería de Frank Bejerano tiene la sal de la síncopa a flor de palillo. Pero quien ejerce con mayor soltura la inventiva es el pianista Jorge Aragón. Allí está el arrebato, los estiletes del ritmo, el oxígeno que rescata de todo sopor tropical”.

El bajista Eduardo Ramos. Captura de pantalla del recital.

También para los trovadores aquellos conciertos fueron impactantes. “¡Lo que ha sucedido aquí es increíble!”, dijo Pablo Milanés al periodista Alejandro C. Tarruella la segunda noche de presentaciones. En su artículo para Humor, Tarruella relata que el autor de “Yolanda” estaba impresionado por la gran conexión con el público, que cantaba sus canciones aun cuando era la primera vez que se presentaban allí.


Grabaciones


Uno de aquellos conciertos fue grabado por la Televisión pública argentina y días después fue transmitido. Se estima que lo vieron alrededor de 8 millones de televidentes de todo el país. 


Gracias a la existencia de este material, podemos disfrutar de momentos realmente especiales del recital y ser testigos al cabo del tiempo de cómo el fervor del público teje una conexión emocional con los artistas. A la vez, nos pone ante los ojos la complicidad entre Silvio y Pablo sobre el escenario, en especial cuando se unen para cantar “Óleo de mujer con sombrero” y “Yolanda”. 


Y como la vida y la historia dan vueltas, en “Óleo de mujer con sombrero”, Jorge Aragón Oropesa se distingue al piano con un fraseo sublime en un momento crucial de la canción. Treinta y un años más tarde, en 2015, Silvio presentó su disco Amoríos en Argentina. Entre los temas que integran el álbum se encuentra una nueva grabación de la canción (como parte de la tetralogía original). Quien grabó el piano para el disco y tocó en su lanzamiento en tierras gauchas, es Jorge Aragón Brito, hijo de aquel genio musical que acompañó a Silvio y Pablo en su visita a Argentina en 1984.

El pianista Jorge Aragón Oropesa. Captura de pantalla del recital.

Otro hito del 84 sucedió en el tercer concierto en Obras, el del día 7 de abril, cuando los cubanos invitaron a compartir el escenario a colegas argentinos. La invitación se repitió en uno de los últimos shows. Desfilaron León Gieco, Víctor Heredia, Piero, César Isella, Antonio Tarragó Ros y el Cuarteto Zupay. Algunos de ellos, como Gieco y Heredia, habían estado exiliados y prohibidos durante la dictadura militar.


Hay una foto hermosa, tomada pocos minutos antes de salir a escena, en la que se ven en el camerino Gieco, Silvio, Heredia y Pablo.


Victor Heredia la tiene encuadrada y colgada en su casa, donde me recibió para conversar sobre aquel acontecimiento. 

En el camerino, pocos minutos antes de salir a escena, Pablo Milanés, Víctor Heredia, Silvio Rodríguez y León Gieco.

“El año 83 transcurrió con mucha zozobra y, de golpe, surgió la posibilidad extraordinaria de tener a Silvio y Pablo en Argentina. Se concretó en abril del 84 y llegaron bajo una ley que, si mal no recuerdo, había emanado de la dictadura. La norma decía que todo aquel extranjero que llegara de un país comunista tenía que presentarse a la policía y certificar que no iba a generar o cometer ningún acto insurreccional. ¡Una locura! Yo era parte del sindicato de músicos y enseguida nos opusimos.


“Silvio y Pablo —continúa el cantautor— nos sorprendieron a varios cantantes argentinos con la propuesta de unir nuestras voces a las de ellos. Imaginate, enseguida dijimos que sí. Sabíamos de memoria sus canciones. Le propuse a Silvio cantar una de las suyas y me respondió: ‘No, hermano, vamos a cantar una tuya, Todavía cantamos, que tiene mucho sentido’”.

Pablo Milanés y León Gieco. Foto: Archivo personal de Víctor Pintos.

Silvio, Pablo, León Gieco, Víctor Heredia. Foto: Archivo personal de Víctor Pintos.

Pablo hizo lo mismo con León Gieco, con quien interpretó “Canción para Carito”. Así que todos se encerraron en una habitación del hotel en el que se hospedaban los cubanos en el centro de Buenos Aires y comenzaron a ensayar para el concierto que darían unas pocas horas después. 


“Ellos tenían un repertorio armado —recuerda Heredia—, con un concepto del concierto ya determinado y, de momento, rompieron con todo eso para incorporar no solo a los compañeros argentinos si no el repertorio de los compañeros argentinos. Fue un gran gesto que hablaba de la belleza y la sensibilidad de Silvio y de Pablo, además de lo grandes artistas que son”.


Discos célebres

Portada del LP doble titulado Silvio Rodríguez – Pablo Milanés: En vivo en Argentina.

Ese concierto fue grabado por Estudios del Cielito. Su dueño, el ingeniero de sonido Gustavo Gauvry, fue el encargado de mezclar un LP doble titulado Silvio Rodríguez – Pablo Milanés: En vivo en Argentina, unos meses después, bajo el sello Polydor.


El disco fue un rotundo éxito de ventas. Cruzó la Cordillera de Los Andes y el sello Alerce lo publicó en Chile. También navegó hasta el otro lado del Río de La Plata para encontrar una versión en Uruguay con el sello Orfeo. 


Durante meses las canciones de Silvio y Pablo se mantuvieron entre los primeros puestos de preferencia entre los argentinos. En agosto de 1984, el Centro Cultural del Disco en Buenos Aires publicó un ranking nacional en el que el álbum de los cubanos compartía el podio entre los más escuchados junto a Thriller, de Michael Jackson y Can’t Slow Down, de Lionel Richie.

Casete Silvio Rodríguez – Pablo Milanés: En vivo en Argentina publicado en 1984.

Contratapa del LP doble titulado Silvio Rodríguez – Pablo Milanés: En vivo en Argentina publicado en 1984.

Foto interior del LP doble titulado Silvio Rodríguez – Pablo Milanés: En vivo en Argentina.

Ante el éxito del disco, en 1985, lanzan un volumen 2, también formato vinilo, con algunas de las canciones que no habían sido incluidas en la primera edición. Conforman ese fonograma, de Silvio, los temas “Playa Girón”, “Canción del elegido», “Pequeña serenata diurna”, “El vigía” y “Llover sobre mojado”. De Pablo están “Amor”, “Comienzo y final de una verde mañana”, “Amo esta isla” y “Yo me quedo”.


Las grabaciones se volvieron célebres. Los ya conocidos discos de vinilo tuvieron sus publicaciones en casete y, llegados los 90, en CD. En 2008, bajo el sello Lucio Alfiz Producciones y distribuido por la multinacional Sony BMG, apareció una reedición de dos CD con sonido remasterizado, fotos inéditas tomadas por Antonio Massa (autor de la foto de portada de aquel primer LP), la letra de las canciones y dos temas que no habían sido incluidos en ninguno de los discos anteriores: “El tiempo está a favor de los pequeños”, de Silvio Rodríguez y “Acto de fe (Creo en ti)”, de Pablo Milanés. 

CD Silvio Rodríguez – Pablo Milanés: En vivo en Argentina publicado en 2008 con sonido remasterizdo.

El volumen 2 



El volumen 2 del disco Silvio Rodríguez – Pablo Milanés En vivo en Argentina


De aquellos primeros encuentros entre los trovadores y el público argentino quedó un eco que aún resuena a través de generaciones, a pesar del paso del tiempo. 


Silvia Salcedo lo recuerda con sobrecogimiento. “Viví aquel concierto como un delirio indescriptible. Las lágrimas brotaban de emoción. Era como si volviera a respirar después de una etapa horrible. De repente, todo se iluminó. A cuarenta años de ese recital, lo recuerdo con nostalgia. En aquel tiempo éramos idealistas de nuevo, creíamos que los tiempos oscuros no regresarían; pero hoy, en el presente, veo que no fue suficiente; que los ideales de justicia social que soñábamos no se materializaron por completo. Por suerte, nos quedan las canciones”.

El público colmó durante 14 conciertos el estadio Obras Sanitarias para disfrutar de Silvio y Pablo. Captura de pantalla del recital.

Los primeros conciertos de Silvio y Pablo en Argentina, hace hoy cuatro décadas, fueron un hito que trascendió canciones, discos y videos. Aquellas noches de abril de 1984 se convirtieron en testimonio y catalizador de una nueva época para un país que comenzaba a experimentar la libertad, cuando aún le pisaba los talones el horror que acababa de dejar atrás y que marcaría su historia para siempre.



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